martes, 17 de julio de 2007

Un fin de semana "ejemplar"


Queridas, necesito compartir mi fin de semana, que más que ejemplar, fue de locos!!! por lo menos para mí, que todavía no puedo desarrollar ese "instinto maternal" obligatorio para tratar a la hija de tu marido. El viernes empezaron las famosas vacaciones de invierno, que si para muchas mamás es un cacho, imagínense para mi... Dos semanas con la niña en Santiago, gracias a Dios el trabajo no nos deja tiempo para inventar actividades de lunes a viernes... pero no me encuentren bruja, yo creo que me tendrán que sacar el sombrero porque serán 5 fines de semana al hilo con su hija en nuestra casa (el resto de los días se queda con la abuela).


Bueno, pero las vacaciones de invierno todavía no son un tema de desahogo.


Resulta que conversando con mi marido, él muy tiernamente me pidió que intentara pasar más tiempo con su hija, que lo ayudara a educarla con el ejemplo, que ella me adoraba y que para él era super importante que ella viera un referente en mí más que en su mamá (qué fuerte pero la mina es muy rasca, en serio) y como está en una etapa en que absorbe todo (está a punto de cumplir 9 años) quería que se acercara más a mi. El punto es que para que se acerque a mí, tengo que abrirle yo la puerta. En fin. La verdad es que sus palabras me enternecieron y emocionaron. Pensé que cuando ella esté en plena adolescencia voy a agradecer haber pasado más tiempo a solas con ella.


Así que empecé este mismo lunes "con el ejemplo". Mi marido tenía que trabajar muy temprano, aunque era feriado, así que acordamos que ella se quedaría conmigo y iba a dejar más tarde, para aprovechar de "compartir". Mi comienzo no fue de los mejores, recién pude abrir un ojo a las 11.39 am. La pobre estaba viendo tele muerta de hambre, me imagino, pero calladita. Le preparé desayuno y como un esfuerzo supremo le dije que tomaramos desayuno acostadas las dos en mi pieza (ése era hasta ahora mi único reducto personal en el pequeño dpto donde vivimos) y luego nos levantamos, duchamos, arreglamos, y partimos al supermercado a hacer la compra del mes.


Ella me ayudó en todo y hasta ese momento realmente lo estaba disfrutando. Me ayudó con las bolsas, a ordenar la despensa, incluso le preparé almuerzo (yo!! que con suerte hago un huevo revuelto!!! esa sí que fue una muestra de cariño).


Luego me quiso acompañar a mientras yo iba al gimnasio en vez de ir a dejarla donde su abuela(es sagrado los sábados y domingos porque en la semana no alcanzo). Llevó libros y lápices para entretenerse y hasta ese momento todo iba de lo más bien. Hasta que a mí se me ocurrió la brillante idea de pasarle mi celular (que es del trabajo) por si su papá o su abuela la llamaban. Obviamente, al rato de dibujar y pintar se aburrió y empezó a jugar con mi celular. Le hice una seña para que no siguiera pero, al contrario, en vez de hacerme caso se giró dándome la espalda para que no la viera... Eso fue ají en el poto!!! Pero respiré profundo y dije, bueno, está aburrida qué importa que juegue un rato al snake II o qué se yo... Y así siguió la jornada. Regresamos a la casa, preparé una rica once con manjar y todo, nuevamente en mi pieza las dos viendo tele, hasta ahí todo seguía perfect, hasta que... le pedí mi celular.


Cabra de miechica, mientras jugaba se dedicó a sacarle todas las gomitas de los costados y lo dejó pal gato!!!!!!!! Y me da rabia porque es pilla, porque cuando regresamos a mi casa le pedí el celular y se hizo la loca, cuando se lo pedí por segunda vez y me dijo muy amorosamente "te lo dejo en tu cartera?", claro, para que no me diera cuenta. Y cuando lo tomé para llamar a mi marido sentí una textura rara, aspera... y grrrrrrrrrrrrrrrrrrr!!!! QUE RABIA!!!!!!!!!! mi celular mal herido!! y más encima recién lo habían arreglado!!!!!!!!!!!


Uf, me acuerdo y me pico. Le pregunté lo más calmadamente posible qué había pasado, y me dijo "nada, si yo ni lo toqué". Ahí sí que casi ardió Troya. Le dije (todavía tratando de conservar mi trato afable) que yo la había visto con el celular en la mano, que me había desobedecido, y ahora era mejor que me dijera qué había pasado porque esto no estaba así. Y que más le valía decirme la verdad porque sino iba a quedar como mentirosa. Pobre. Altiro me dijo que estaba jugando y empezó a raspar y raspar sin darse cuenta, hasta que quedó así. Me pidió disculpas y le dije "mira, más que eso lo que me molestó es que usaste el celular aunque yo te había dicho que no, y más encima ahora trataste de pasar piola en vez de decirme lo que habías hecho, y más encima cuando te pregunto y me dices que no. Eso no se hace". Y preferí quedarme callada porque sino iba a dejar la cagá.


El tema quedó ahí. Con ella. En la noche se lo conté a mi marido y me dijo que "era una niña" que "no lo hizo con intensión" que debí haberla retado, etc etc. Y sentí que nadie entendía cómo me sentía yo... Además, el tema de la semana entre mi marido y mi suegra era que el pelotudo del marido de su mamá retaba a la "pobre niña" todo el día y ella se quejaba mucho... con qué cara entonces le voy a llamar la atención yo ahora!!!!


Pero como soy picota, me gusta compartir la pica con otros. Ante este escenario, mi frase para el bronce fue "bueno, entonces con razón el XX la reta todo el día, porque no es lo mismo vivir con los niños que tenerlos una vez cada quince días, con suerte. Porque si la niña se portara así conmigo cotidianamente, también la pasaría retando". Le dolió, yo sé, pero a mi también me dolió su actitud sobreprotectora. Porque eso de que "a la pobrecita no se toca", conmigo se acabó. Sé que suena super drástico, pero si vamos a tener problemas, mejor enfrentarlos ahora.


La otra socia fundadora...

1 comentario:

Anónimo dijo...

bueno, yo creo que cuando tengan los propios las cosas van a cambiar... para bien, porque a sus hijos los van a retar y los van a dejar con la pataleta en el suelo... lo que si deberían hacer con los "otros", porque apesar de que son del marido, ustedes se casaron con él y lamentablemente si se portan mal, ustedes serán la malvada madrastra!!!